jueves, 12 de septiembre de 2013

                              Capítulo 1 “El rey de Guinster”

                                          PREDESTINADO

  Existía una familia, común como cualquier otra; la madre, llamada Amanda, siempre ocupada con su trabajo; ella era escritora, reconocida por cierto, aunque no muy famosa; sus libros era principalmente  compilaciones de cuentos e historias fantásticas que incluían héroes y criaturas místicas, temas muy atrayentes sobre todo para los jóvenes y algunos adultos que no habían perdido aún la esencia de quien comienza a vivir; como se imaginarán su trabajo la mantenía al ras de su tiempo con la familia, algo no muy de su agrado, pero “inevitable” decía ella.  El padre, John, un hombre igualmente atareado por sus deberes, era también un artista, pero enfocado a la música, violinista para ser exactos y pedagogo en una reconocida universidad de música; y finalmente estaba Joseph, su hijo, un chico algo tímido, de catorce años de edad, de complexión delgada y cabello castaño; caracterizado sin embrago por algo muy peculiar y fuera de lo común: sus ojos, ya que el izquierdo era de un color castaño oscuro y el derecho de un azul tan claro como el agua. Esto era motivo de ciertas burlas en su escuela, sobre todo al ser un estudiante de secundaria, por supuesto debido a la inmadurez de varios de sus compañeros.
 Su carácter era más bien inocente, ingenuo, perseverante, sentimental, un tanto alegre y según él, nada valiente, al envolverse  en diversos temores, irracionales para otros, pero importantísimos para él. Amaba la música, podría pasar horas deleitándose con piezas de gran variedad de géneros, desde el clásico, hasta el rock y pop. También era amante de la buena literatura, aquella que es capaz de transportar a nuevos mundos y pensamientos, fascinado por cierto, por los libros de su madre, ya que lo envolvían en historias fantásticas llenas de viajes y descubrimientos, y que a su vez por desgracia, tales historias eran lo que más conocía de su madre, ya que como mencioné, ella era una mujer muy ocupada. Los videojuegos eran algo también fascinante para el muchacho, pero su tiempo en ellos era limitado por su padre, quien prefería darle, cuando podía, ciertas lecciones de violín, armonía y solfeo.
 A pesar de ser alguien con grandes capacidades y un buen corazón, no era muy bueno socializando, siendo sus amigos contados, entre uno y tres.                       Era un muchacho responsable y esforzado en la escuela, aunque en realidad no fuera sobresaliente, ni destacado por su dinero o estatus social, sin embargo ¡cómo era reconocido por esos ojos! mismos que llegó a despreciar gracias a ser identificado y burlado sólo por eso, aprovechándose de su falta de valentía para enfrentarse a sus acosadores.

 Un día por la mañana Joseph salió de su habitación, se alistaba para ir a la escuela, y observó como siempre durante el desayuno, a su padre leyendo el periódico y bebiendo café, mientras que su madre preparaba cariñosamente los alimentos.
 Inmediatamente después de haber terminado, dio las gracias y tomando su bicicleta se dirigió apresuradamente hacia la escuela.
 Días antes él se había mostrado un tanto distraído, sobre todo en el salón de clases, pero aquel día sería el peor de todos; durante el transcurso de una de éstas, la de matemáticas para ser exactos, tuvo una visión en su mente: una sombra lo observaba mientras él se veía corriendo con desesperación. Sólo logró despertar de aquel trance cuando el maestro  le llamó fuertemente la atención: “¡Despierte de su sueño señor Quaid, estamos en clase!”,  desconcertado miró a sus compañeros mofarse.
 Sólo habían pasado dos horas de aquel penoso incidente, cuando, ahora estando en clase de biología, inevitablemente sintió una escalofriante sensación, como si alguien lo acechara y estuviese dispuesto a atacarlo en cualquier instante; sus compañeros extrañados lo observaban voltear a cada momento con una expresión que denotaba temor; la maestra al percatarse de esto se acercó a él: “Joseph, ¿me haría el favor de prestar atención?, está distrayendo a sus compañeros” Él apenado pidió disculpas prometiendo que no volvería a suceder.
 Por fin llegó la hora de salida, cuando un compañero de clase llamado Michael, conocido por su rebeldía en la escuela, le arrojó un dulce en la cabeza, mientras le gritaba en tono burlón: “¡Oye niño raro! ¿A qué planeta te vas durante las clases eh? ¿O acaso quieres hacerte el interesante?”
 Joseph siguió caminando, ignorándolo y aunque continuara gritándole, tomó su bici y se dirigió a casa: ¿Qué me está pasando? se preguntaba ¡Soy un tonto!, ¿por qué mi mente no puede dejar de divagar e imaginar cosas?
 Al llegar, sus padres, quienes estaban en la sala, lo saludaron como siempre dándole la bienvenida, pero el joven sin decir palabra, subió corriendo las escaleras y entrando a su habitación, cerró la puerta y se recostó sobre su cama. Se sentía furioso y triste consigo mismo, y la verdad era que en su interior siempre lo estaba.
 No importaba cuanto se esforzara, una sola palabra de aquellos que creía estaban por encima de él debido al miedo, bastaba para hacer añicos todos sus esfuerzos e ilusiones. Además de esto, consideraba a sus compañeros como irracionales, poco pensantes, inmaduros y rebeldes en plena adolescencia, más él tampoco podía sentirse mejor que ellos, ya que, aunque diferente, era incapaz de enfrentar sus propios “monstruos”.
 Ellos notaron la extraña actitud de su hijo, así que John subió a verlo y tocando la puerta le habló:
 Joseph, ¿qué tienes hijo?
¡Nada!- respondió él.
Sé que algo te está pasando, abre la puerta por favor.
¡Déjame solo! exclamó.
 El padre preocupado bajó las escaleras y le comento a Amanda sobre el comportamiento del chico, a lo que ella sugirió que se le dejara solo, luego les contaría lo ocurrido.
 Esa noche Joseph no bajó a cenar.

 Eran las 12:30 A.M. y él dormía plácidamente, cuando de repente, escuchó algo a lo lejos; levantándose lentamente, somnoliento se asomó por la ventana, entre cortinas movidas por el viento, pero no vio nada, regresó pues a la cama pensando que seguramente habría sido algún animal, sin embargo inmediatamente volvió a escucharlo, y en esta ocasión el sonido resultó un tanto más intenso, así que por segunda vez se dirigió hacia su ventana y al recorrer las cortinas lo que vio fue algo completamente inesperado, que le provocó un gran susto: se trataba de un enorme ojo amarillo. Él, aterrorizado, se apresuró a salir de su cuarto, pero la puerta se había atascado.
   ¡Ayuda! ¡Ayuda! gritó desesperado mientras forcejeaba.
 Fue entonces que al voltear, vio cómo una gran pata de águila abría la ventana; el miedo lo vencía, se deslizó de espaldas sobre la puerta sentándose en el suelo y cuando aquella bestia la hubo abierto por completo, muchas pequeñas criaturas, parecidas a hadas, entraron y rociaron un extraño polvo sobre él, quien al instante  se quedó completamente dormido; en ese momento halaron del muchacho hacia donde estaba aquel ser mitológico y sosteniéndolo en el aire lo sacaron de su habitación y lo recostaron sobre el lomo de aquella criatura, mitad águila, mitad león.
 En ese momento emprendió el vuelo. Aquella noche las estrellas brillaban relucientes y podía apreciarse una hermosa luna llena.

Un rato después Joseph comenzó a abrir los ojos poco a poco y al ver la altura se aferró asustado al cuello de la bestia. De repente todo se volvió oscuro, no podía ver nada, y sintió un terrible miedo al no saber qué estaba ocurriendo, mas esto duró tan solo unos segundos y después todo comenzó a aclararse de nuevo, impresionado observó frente a él un gran y hermoso bosque, en el cual había pequeñas ciudades que se apreciaban a lo largo y ancho de aquel mágico lugar.
 Ya había amanecido y los padres del chico despertaron. Su madre se dirigió hacia su cuarto y toco la puerta varias veces, mas al no contestar su hijo entró al estar la perilla abierta; las sábanas de su cama estaban tiradas a un lado, ella se angustió al no verlo, bajó corriendo las escaleras y dándole la noticia a John comenzaron a buscarlo por toda la casa llamándolo por su nombre y al no encontrarlo los invadió un gran sentimiento de miedo y preocupación. Joseph no era el tipo de chico que sale a escondidas por la noche.
 En ese momento una paloma roja entro por la ventana de la sala donde ellos se encontraban y se posó sobre un mueble; ésta tenía una carta en el pico y dejándola caer, observó atentamente a los padres del muchacho, quienes la miraron igualmente. John sumamente desconcertado recogió la carta: en ella se encontraba escrito lo que le había pasado a su hijo.
 Mientras tanto, la criatura alada, con sus garras extendidas, comenzó a descender con Joseph a su espalda y al aterrizar, éste sin pensarlo bajó de su lomo. Asustado miró a la criatura y a su alrededor, se encontraba en un lugar completamente desconocido, en medio de lo que parecía ser un bosque, y justo en frente se hallaba una enorme mansión; caminó nervioso hacia ella, tal vez alguien pudiera ayudarle. Tal majestuosa construcción parecía antigua; gemas y piedras preciosas estaban incrustadas en sus muros de piedra, por lo que que aparentaba pertenecer a alguien muy, muy rico. Se acercó pues temeroso y tocando la enorme puerta esperó a que la abrieran durante unos pocos segundos, cuando finalmente atendió un hombre, quien tendría al rededor treinta y cinco años de edad, de tez morena clara, ojos oscuros detrás de sus gafas y vestía una túnica color café:
 ¡Hola, bienvenido!, ya esperaba tu llegada, pero, ¡pasa, pasa!
 Joseph entró algo nervioso a la majestuosa mansión y cerrando de nuevo la puerta los dos se dirigieron hacia una sala que tenía una pequeña mesa en medio de sillones rojos, los cuales estaban hechos de plumas de Quiril, un animal muy preciado debido a su plumaje (pero de esto aún no tenía conocimiento nuestro protagonista) y sentándose e invitando al chico a sentarse, el hombre de la mansión se presentó:
 Mi nombre es Wisath Doring y ha llegado el momento de que sepas la verdad; el propósito de tu llegada.
 Dígame por favor, ¿qué está pasando? ¿Qué es este lugar? ¡¿Qué es lo que quiere de mí?! habló alterado el adolescente.
 Vaya vaya, son muchas preguntas a la vez, escucha: Tú, joven Joseph Quaid, en nombre de la gran cámara de consejo del segundo mundo, te hemos nombrado, “predestinado”, porque sin duda lo eres, mi estimado muchacho con mirada de tierra y agua respondió seriamente.
¿Predestinado? ¿Mirada de tierra y agua? ¿De qué está usted hablando? ¿Esto es una broma?...además, ¿cómo sabe mi nombre? Temeroso ansiaba oír pronto una respuesta a tan extraño acontecimiento Un sueño, eso es, ¡esto es sólo un sueño!
¡Esto es muy real! No es ni broma, ni sueño; tranquilízate y escucha, que te contaré lo que está pasando:
 Te encuentras en el segundo mundo, un lugar gobernado por criaturas fantásticas e inimaginables para el mundo de donde tú provienes, que es el primero; pocas personas saben de su existencia debido a que nunca ven más allá; solo una pequeñísima cantidad lo conoce o ha escuchado de él.
 La única forma de llegar a este lugar es a través de la aprobación de los grifos y  los guardianes, para atravesar los portales que permiten la entrada a este sitio. Si tan solo la humanidad quisiera reencontrarse consigo misma y su corazón fuera puro, pudieran hacerlo.
 Un grifo es como la criatura que te trajo, seres un poco irascibles he de decir.
  Ahora presta atención a la siguiente historia: Hubo un hombre que venía muchas veces al segundo mundo, entrando a través de uno de los portales pertenecientes al bosque de Sticle –Won, en tu país, por la aprobación de los guardianes. (Y aunque son varias las personas que pasan por allí, muy pocas logran descubrirlo; son invisibles para la mayoría de la gente).
 Aquella ocasión el hombre tomó un grifo y voló sobre su lomo, como solía hacerlo, sobre los bosques. Sin embargo, había otra persona, la cual sabía de este lugar pero jamás había logrado entrar; este conocía de aquel que venía seguido y durante días lo observó, hasta que, siguiéndolo una vez, logró encontrar finalmente un grifo que lo llevara a cruzar el portal, y pudiendo, de alguna extraña forma montarlo, y burlar a los guardianes, voló tras él. Éste era alguien perverso, de nombre Steve Eberhart.                                                                                                             El hombre al percatarse que venían tras él trató de ir más rápido, dando órdenes al grifo.
 Steve antes había intentado obligarlo a decirle como entrar, pero nunca se lo dijo, aún cuando él era hijo de guardianes muy importantes para este mundo (algo en verdad muy irónico). Su padre era bueno, siempre tratando de protegernos, incluso de su propio hijo, quien era rebelde y codiciaba este lugar para sí mismo; por esa causa su padre al conocer sus intenciones jamás le rebeló cómo llegar hasta aquí. Sin embargo, Steve era un joven inteligente y seguro de sí mismo, por lo cual juró sin miedo alguno obtener y gobernar el segundo mundo.
 Continuando con lo anterior: Steve se acercaba cada vez más al hombre y cuando consiguió alcanzarle y quedar a su lado, obligó a su grifo a envestirlo con fuerza.
 El hombre, al perder el equilibrio cayó al precipicio y murió. Fue así como Steve logró entrar a este lugar.
 En aquel entonces no tenía poder alguno; sin embargo, de una manera sorprendente, ha conseguido reunir criaturas mediante engaños y pócimas que ha inventado capaces de dejar en blanco la mente y hacer que obedezcan sus órdenes; adquirió además ciertos poderes mediante cosas mágicas que ha ido recolectando en este mundo, y ahora tiene a su servicio a un gran cantidad de seres y falta poco para que sintamos su primer golpe.
 Joseph lo miró un poco incrédulo:
 ¿Y qué se supone que tengo que ver yo en esto?
  ¡Más de lo que te imaginas! Tú has sido predestinado para ser el que luche contra Steve y logre derrocarlo antes de que él nos destruya primero. Si aceptas, tu recompensa al final será grande.
 El chico rió:
  ¡Ya basta de bromas! ¿Esperas que crea una sola palabra de lo que me estás diciendo?, esto es una locura. Sueño, broma o delirio mío- dijo levantándose de su asiento ¡Siempre he sido un cero a la izquierda al lado de mis compañeros y ahora me hablas como si fuera yo un héroe de ciencia ficción! Nada de esto existe, ni la magia, ni criaturas relacionadas con cuentos de hadas ¡Es suficiente!, me marcho- dijo dirigiéndose hacia la salida.
 Wisath se paró inmediatamente:
  ¡No trates de evadir tan importante misión que te ha sido encomendada! Joseph, no debes temer, no estás solo.
 Pero el chico no se detuvo e intentó abrir las puertas, sin tener éxito.
  ¡Te exijo que me dejes salir! ¡Estoy cansado de que se burlen de mí! ¿Cómo lograron hacer tal teatro, eh?; lo del grifo, el bosque… ¡No entiendo nada!...Esto es un sueño, sí, eso es, debo tranquilizarme, debo despertar pronto.
 En ese momento se escuchó la voz en eco de una joven:
  ¡Pero qué chico más testarudo!
 Joseph volteó para ver quién se había referido a él de esa manera y lo primero que vio fue a una pequeña criatura voladora dirigirse a él a toda velocidad y darle un golpecito en la cabeza sin que pudiera evitarlo; cuando de repente, frente a éste, el pequeño ser tomo la forma de una joven de su edad.
 Esta era delgada, de piel muy blanca, cabello lacio con un tono algo naranja y unos grandes e impresionantes ojos color violeta.
 Joseph se quedó atónito. Tanto por su apariencia, como por lo que acababa de hacer.
  ¿Qué ha sido eso?... ¿Cómo pudo ella…? ¡Cada vez entiendo menos qué es lo que está pasando! ¡Algo tan extraño no puede ser real!
 La chica miró fijamente a Joseph y le preguntó:
¿Sentiste claramente el golpecito que te di en la cabeza?
Sí- respondió huraño.
 Entonces quiere decir que esto no es un sueño, ¿no es así?- sonrió.
 Joseph no supo qué contestar, era verdad, en un sueño un golpe se percibe como real, pero en la realidad no puede percibírsele como un sueño.
  Está bien, tú ganas, esto no es un sueño, pero tampoco sé si es real, digo, ¿a cuántas personas les suele pasar este tipo de cosas?
  A muchas y a ninguna, porque tus vivencias son únicas y debes sentirte afortunado; que te hayamos elegido significa que posees algo único, que eres tú el joven de la profecía- le respondió Wisath.
  Pues, es un halago escuchar esto, pero, ¡¿de qué profecía están hablando?!  Y además, ¡¿cómo quieres que luche yo solo contra un ejército?!
  Como te había dicho ya, no estarás solo, tu viaje dará inicio al lado de esta increíble joven llamada Aliza Morne.
 Joseph sonrió burlonamente.
  No sé qué clase de extraños poderes posea ella, pero supongamos que accedo a salvar “este mundo”, ¿pretendes que lo haga sólo con la ayuda de una chica?, eso es ridículo.
  ¡Hey! Exclamó ella un tanto indignada.
 Wisath rió.
  ¿Crees que ella es una simple chica? No sabes lo que dices, esta “chica” posee la increíble habilidad de transformarse en muchas cosas: dragones, aves…en fin, te sorprenderás cuando la veas en acción le guiñó el ojo a Aliza y esta sonrió.
 Joseph la miró incrédulo.
A ver, pruébame lo maravillosa que eres; transfórmate en un dragón.
Con gusto respondió ella al momento en que su cuerpo tomaba la forma de uno mediano, pero con tal porte que infundía temor.
  ¡No puede ser! exclamó Joseph impactado ¡Esta bien, te creo, te creo, por favor vuelve a tu forma humana! le pidió al sentir el terrible escalofrío de tener frente a él a un dragón lanza fuego.
 Aliza regresó a su forma; ella y Wisath comenzaron a reír.
  Bien, sí, admito que se vio sorprendente y hasta aterrador le dijo el joven algo apenado por la risa de ellos ¡Bueno, ya paren de reír! exclamó al ver que no dejaban de hacerlo.
  Bueno, bueno  respondió Aliza secándose las lágrimas causadas por su risa, al tiempo que cruzaba miradas con Wisath.
 En ese momento vieron entrar, por uno de los ventanales, a una paloma roja, la cual dirigiéndose a Wisath entregó una carta que traía en el pico.
  ¡Vaya!, tus padres han respondido pronto dijo mirando a Joseph.
  ¿Mis padres dices? preguntó acercándose a él.
Así es- respondió- tus padres saben del segundo mundo, y también conocen de tu situación actual.
¿Y por qué nunca me lo dijeron? ¿Por qué nunca me hablaron acerca de este “supuesto lugar”?
  Tendrían sus razones- le respondió Aliza.
 Wisath entonces abrió el sobre y desdoblando la carta comenzó a leerla:
 “Les mandamos saludos.
 Estamos impactados de haber recibido tal noticia, sinceramente no esperábamos  que lo llamaran desde tan joven a cumplir tal misión, aunque sabíamos que algún día debía partir, conocemos que esto implica que tendrá que permanecer con ustedes durante el tiempo que sea necesario y considerando también los muchos peligros que este título representa para él, podemos decir que a pesar de todo esto y de nuestras preocupaciones, es para nosotros un verdadero honor el que nuestro hijo haya sido el predestinado.
 El que Joseph poseyera las características proféticas del pergamino del sello nos llena de orgullo. ­
 Joseph: Sabes que te amamos, por favor cuídate mucho y acepta esto que se te ha encomendado; de ti está dependiendo la esperanza de miles de seres. Sabemos que en este momento debes estar sintiendo una gran confusión ya que nunca te hablamos de esto, pero créeme, no fue porque desconfiáramos de ti. Joseph, esperamos que entiendas la gravedad del asunto. Hay ahora en nosotros angustia y orgullo a la vez; nunca te rindas, esta lucha será muy peligrosa y el camino lleno de dolor y obstáculos, pero sabemos que tú serás capaz de sobrellevar todo esto. Hijo, posees mas fuerza de la que crees y ahora lo estás comprobando. Sé que no nos defraudarás, ni a nosotros, ni a ese mundo donde ahora te encuentras.
 Te amamos hijo, esto es muy difícil para nosotros y sé que también lo será para ti, pero no podemos ignorar la vida de quienes en ti han puesto sus esperanzas.
 Cuídate, no estás solo en esto y ¡no te rindas jamás!
 Te aman y te esperan:
                                       TUS PADRES”
 Joseph quedo impactado al escuchar esto, la letra con la que había sido escrita aquella carta no era otra más, que la de su madre. Fue entonces que comenzó a creer que todo lo que estaba sucediendo realmente era verdad.
Díganme por favor, ¿qué es el pergamino del sello? ¿Por qué me llaman predestinado?
 Wisath le explicó:
 El pergamino del que hablan fue escrito hace muchísimos años por un joven valiente de este lugar que salvó por primera ocasión al segundo mundo del mal del  ser humano; aquí se le conoce como “el joven del sello”, quien poseía además la increíble habilidad de ver el futuro.
 Para salvar este lugar, él estuvo dispuesto a dar su vida, separando el primer y segundo mundo, sin embrago antes de morir solo en algún lugar recóndito de este mundo, tuvo una visión profética final y se dispuso a utilizar el último pergamino que cargaba consigo, escribiendo lo que veía con sus escasas fuerzas: años más tarde este sitio correría otra vez peligro, gracias nuevamente a la criatura más inconsciente de todas: el ser humano.
 Sin embargo, miró también una luz de esperanza: un joven como él, valiente y noble lucharía de igual forma por este lugar; para que el humano no logre apoderarse de lo que aún sigue puro. Éste muchacho de la profecía será: “Aquel que domine las bestias indomables de este mundo, al ver en sus ojos los elementos de tierra y agua; porque su mirada ha sido diferente desde el inicio; proveniente de guardianes de este planeta, menospreciado en su mundo natal, vendrá a ser grande en el nuestro”.
 Joseph al escuchar esto sintió como si en verdad se estuvieran dirigiendo a él, excepto por lo de ser grande, ya que nunca lo creería de sí mismo; sin mencionar que no entendió lo de las bestias.
 —  Este eres tú Joseph, el de los ojos de tierra y agua recalcó Aliza.
  No me la creo- negó el joven ¡No puedo ser yo!
  ¿Por qué no? Desde tú nacimiento lo supimos, al mirar esos increíbles ojos. Y después de mirarte también conforme crecías, nos percatamos que efectivamente eras… pues…  menospreciado por la gente de tu edad.
  ¡¿Me espiaban  acaso?! ¡Ni mis padres sabían con exactitud acerca de mis problemas en la escuela!- se avergonzó Joseph.
  Debíamos asegurarnos de que efectivamente fueras tú, lo siento, no fue nuestra intensión.
 El muchacho lo miró algo molesto.
Aliza le habló entonces:
  ¿Ahora lo has entendido Joseph? Te necesitamos ¿Estás con nosotros?
 Él permaneció callado y pensativo por un momento; después habló:
  ¡Esto es una locura! ¡¿Deberé usar armas para la lucha verdad?! Jamás en mi vida he herido a alguien ni he tomado arma alguna.
  Por las armas no te preocupes, irás aprendiendo a usarlas, y respecto a lo de herir a alguien…será algo inevitable en esta guerra. Solo recuerda que las armas deben utilizarse sólo en defensa propia o por el bien de tus aliados, pero jamás por placer o para malos objetivos, no lo olvides, harás uso de ellas sólo cuando realmente sea necesario. Aún en algunos casos hay que mostrar compasión para con nuestros enemigos respondió Wisath.
  Wisath, tengo miedo…miedo de morir y ver morir a los demás- una mirada de miedo y tristeza escapó del interior de su alma.
 Aliza lo miró fijamente:
  La muerte es terrible porque nos es desconocida y es normal sentir miedo. Pero a veces es necesario enfrentarla para ver la vida. Porque a causa de la derrota de nuestros enemigos prevalecerá la vida de los inocentes.
  Joseph, se que tú podrás hacerlo. Tu valentía y bondad podrán derribar cualquier obstáculo que se te presente lo animó Wisath no morirás antes de terminar la misión, lo sé, porque tú eres el elegido.
  Es una guerra, no puedes asegurar que no voy a morir respondió Joseph con los ojos llenos de lágrimas Entiéndame, no sé cómo llegué a este punto.
 Wisath sonrió y le extendió la mano:
  Porque puedes ver más allá. Confía un poco Joseph, todo estará bien. Y entonces, ¿estás dispuesto a luchar por tus padres, por la vida de muchos y sobre todo, por ti mismo?
 Joseph cerró los ojos y pensó cómo su destino daría un giro completamente inesperado si le daba la mano a aquel extraño. Su corazón comenzó a latir fuertemente y una extraña sensación recorrió todo su cuerpo. Debía hacerlo en nombre de la vida y del honor a sus padres. Debía hacerlo por sí mismo; había llegado el momento de enfrentar sus más grandes temores y de descubrir quién era realmente; no cualquiera tiene el valor de hacer tal cosa, mas él, lo tuvo, tomándolo desde lo más profundo de su alma.
 Fue entonces que extendió su mano a la vez que abría los ojos.
  Lo haré pronunció con un tímido coraje sé que siempre he sido un cobarde, y un miedoso, pero ahora no puedo permitirme huir nuevamente; me dicen que muchas vidas dependen de mi decisión y es por eso, que aunque este mundo me sea ajeno y desconocido, estoy dispuesto a luchar en nombre de sus vidas y en nombre de quien crea en mí… ¡Pelearé para no negarme a mí mismo!
  ¡Gracias Joseph! ¡Bendito seas! ¡Eres grande entre los hombres! lo abrazó Wisath feliz, mientras que el joven se sintió algo apenado Ya verás que todo saldrá bien, así que no temas, hay más fuerza en ti de lo que crees.
  Eso espero respondió el chico volteando la mirada.
  Joseph, siempre estaré a tu lado para protegerte y ayudarte Aliza le sonrió tiernamente escúchame cuando tenga algo que decirte y no ignores mis consejos, que serán voz viva a tu intuición.
  Muchas gracias, así lo haré respondió sin entender del todo a qué se refería- por cierto, ¿cómo dijiste que te llamabas?
  Aliza respondió ella.
  Aliza, yo también me esforzaré sonrió.
¡Bien!- exclamó Wisath ahora que el elegido a accedido a nuestra petición ya todo está listo; saldrán pasado mañana.

 Al día siguiente, en la mañana, Joseph y Aliza bajaron a desayunar como Wisath les había indicado. La chica guió al muchacho hasta el comedor y para sorpresa de él cuando abrieron las puertas, vio que aquel era enorme y todo tipo de criaturas estaban sentadas alrededor de la gran mesa.
  Joseph pasó caminando al lado de esta, notando como todos le miraban atentos,  hasta sentarse al lado de Aliza.
 Había elfos, gnomos, seres muy raros y también personas; pero lo curioso y lo que todos tenían en común, es que lucían muy jóvenes ¡eran niños!
 Cuando un sirviente toco una pequeña campana, todo quedó en silencio; enseguida vieron entrar desde otra puerta personas con un gran banquete en las manos y al poner la comida sobre la mesa, todos comenzaron a servirse y a hablar de nuevo. Había una extensa variedad de platillos y la mayoría eran desconocidos para Joseph.
 Él entonces, siendo invitado por Aliza, comenzó a servirse, cuando un joven elfo parándose de su asiento se le acercó y le dijo cordialmente:
  ¡Hola!, bienvenido, ¿cuál es tu nombre?
  Joseph Quaid respondió él mucho gusto.
 En ese instante todo quedo en silencio y comenzaron murmurar unos con otros.
  ¿Joseph Quaid? decían todos con expresión de asombro en sus rostros, solo pasaron pocos segundos cuando se apresuraron a darle la bienvenida.
 Wisath sonrió y se paró de su silla.
  Como verán Joseph Quaid finalmente está con nosotros ¡El que estaba destinado a salvarnos por fin ha llegado! Sean todos amables con él y ¡brindemos por Joseph, el predestinado!
  ¡Sí!- exclamaron al unísono y brindaron felizmente. En ningún otro desayuno el muchacho había respondido jamás a tantas preguntas y por primera vez se sintió como toda una celebridad, pudiendo compartir una comida con tanta gente que lo consideraba importante.
 Cuando hubieron acabo todos de disfrutar aquellos exquisitos manjares, el joven se paró de su asiento y dando gracias caminó hacia las puertas principales.
  ¿Te vas? le preguntó Wisath, ya que algunos solían quedarse a platicar después del desayuno.
  Sí, disculpa, es que deseo estar un tiempo a solas en la habitación que me prestaste antes de emprender el viaje; aún necesito asimilar bien mi situación respondió Joseph.
  Está bien, entiendo asintió seriamente.
  Con su permiso   dijo a la vez que salía de la sala del comedor.
 Se encontraba subiendo las escaleras cuando Aliza, disculpándose también con los comensales, salió y corrió hacia Joseph, hasta darle alcance y quedar a su lado.
  ¡¿Ves Joseph?!  Eres famoso le dijo sonriente.
  Sí, y eso que aún no entiendo muy bien por qué hiso una mueca similar a una sonrisa Sabes, realmente me siento nervioso, no sé qué será de mí más adelante, o si volveré a ver a mis padres y amigos.
  Ten fe, todo estará bien intentó animarlo Aliza sé lo nervioso que debes sentirte  para regresar a tu habitación justo después de desayunar, y sobre todo de haberte levantado de dormir como un tronco rió  toque la puerta durante horas hasta que por fin contestaste.
  ¡No te burles!- exclamó Joseph esto es muy difícil para mí. Necesito asimilarlo.
  Como quieras. Mejor que lo “asimiles” todo de una vez a que durante el viaje tenga que estar al lado de un muchacho que aún sigue por las nubes.
Tienes razón.
 Al llegar a la habitación entró solo y cerrando la puerta se recostó sobre la cama y de nuevo muchos pensamientos y dudas comenzaron a dar vueltas en su cabeza, cuando de repente una visión, como si se tratase de un sueño, se apoderó de él: estaba en un lugar oscuro y vacío, cuando inesperadamente unos enormes y brillantes ojos azules aparecieron ante él y despertando bruscamente de aquel trance, vio frente a la puerta de la habitación una especie de serpiente con alas de murciélago, la cual poseía una máscara sumamente tenebrosa. La criatura se aproximó a él lentamente. Joseph aterrado saltó de su cama hacia el otro extremo de la habitación, cuando, como un milagro, Aliza abrió la puerta:
  Joseph quisieras… no acabó la frase cuando vio a aquella criatura, la cual  desapareció como por arte de magia en ese momento.
 Inmediatamente la chica asustada corrió hacia él:
  ¡¿Te pasó algo?! ¡¿Estás bien?!
  Estoy bien, gracias le respondió frío por el susto ¿No acostumbras tocar la puerta antes de entrar?
  ¡Perdón! se apenó prometo tocar de ahora en adelante.
  ¡Olvídalo, en verdad me alegro que hayas entrado sin tocar!
  Joseph, ¿en verdad estás bien? lo revisó con la mirada.
  Sí Aliza, gracias por preocuparte. Pero, ¿qué cosa tan horrenda era esa? preguntó agitado.
  Seguramente un enviado de Steve…eso quiere decir…que él ya sabe que has venido.
 En seguida fueron a avisarle a Wisath lo ocurrido.

El día ya había transcurrido y llegada la noche Joseph se encontraba en el cuarto preparándose  para el viaje que empezaría al día siguiente, ordenando las cosas que Wisath le había dado. Entonces tocaron a la puerta, se trataba de Aliza y el joven la invitó a pasar.
  Hola, vengo a traerte esto le dijo mostrándole una esfera transparente con algo en su interior, que aparentaba ser una ave esto es un zitne le explicó te indica cuando hay peligro emitiendo un sonido muy fuerte, así que ya podrás dormir tranquilo.
 Ella colocó el objeto sobre un mueble.
  Gracias   sonrió tímidamente Joseph, y la chica estuvo a punto de salir cuando él la llamó:
  ¡Aliza espera! me gustaría preguntarte algunas cosas; la verdad es que  muero de curiosidad.
  ¿De qué se trata? volteó a verlo.
  Ven, siéntate a mi lado si quieres la invitó dando palmaditas en la cama.
  Sí, claro ella accedió sonriente.
  Oye Aliza, ¿eres una persona con un magnífico don o una criatura diferente?
  ¡Oh!, era eso; mira, soy solo una persona con un don. Mi madre se casó con un elfo, el cuál inventó una fórmula para obtener los poderes que ahora yo poseo; lo curioso es que a él no le causó efecto, sino que se manifestaron en mí, ya que mi madre quedó embarazada después de que mi padre bebiera del brebaje.
  ¡Vaya! Qué curioso, ¿y tu padre es una especie de científico?
  Se podría decir, o más bien, era un alquimista, al igual que mi madre.
 Al decir esto la chica manifestó una expresión un tanto melancólica.
  ¿Pasa algo malo? le preguntó Joseph al notarlo.
 Ella inmediatamente cambió su semblante a uno sonriente.
  ¿Tus padres son buenos contigo? habló enseguida.
  Sí, claro está que a veces discuto con ellos o incluso no comparto mucho su tiempo, pero puedo decir que son los mejores padres del mundo sonrió el joven.
  Me alegra- se levantó cortando así la conversación ya es algo tarde, te veré en la mañana.
  ¡Espera! le volvió a llamar cuando hubo caminado algunos pasos.
  ¿Si? volteó.
  Sólo me preguntaba, ¿para qué sirve esto? le mostró lo que parecía ser una pulsera de oro con dibujos tallados en ella.
  ¿Wisath te dio eso? Aliza se acercó sorprendida.
  Sí- respondió estaba entre las demás cosas que llevo para el viaje, y bien ¿qué es?
  Es una pulsera camuflaje, ¿quieres ver cómo funciona? Su nombre lo dice, mira, pégate a la pared y póntela le indicó.
 Joseph se puso contra la pared y al colocar el objeto sobre su muñeca, éste se cerró al instante, desapareciendo él al momento.
¡Wow! se maravilló  pero, ¿cómo es posible?
  El cómo lograron crear un artefacto así, no lo sé; sólo te puedo decir que esta pulsera te puede hacer invisible en donde estés, resultará muy útil en nuestro viaje; sin embargo lo que debes tomar en cuenta es que funciona mejor mientras permanezcas quieto en un solo lugar, ya que si te mueves se alcanzará a ver parte de tu silueta; es sólo un camuflaje, no lo olvides.
  De acuerdo, ¡esto es grandioso! exclamó Joseph muy emocionado.
  Por cierto, tales pulseras sólo las pueden hacer los Trouks del bosque Briwol. Son muy valiosas, así que no la pierdas.
  ¡Jamás perdería algo así!- aseguró Joseph entusiasmado, sin tomar en cuenta el desconocimiento de aquellas criaturas de las que hablaba.
 Aliza rió:
  ¡Y eso que falta mucho por ver en este mundo! Bueno, me voy. Que pases buenas noches Joseph se despidió dirigiéndose hacia la puerta.
  Buenas noches Aliza y gracias contestó el joven.
  Gracias a ti sonrió guiñándole el ojo, y al salir de la habitación cerró la puerta.
 Joseph terminó de empacar, se acostó y no tardó mucho en quedarse profundamente dormido.
 Aquella noche transcurrió tranquila.